sábado, 17 de febrero de 2018

Otra crónica más


El miércoles 14 de febrero, para variar el mismo que cae en el Día del amor y la amistad, no lo empecé de la misma forma. Citados en el centro como la vez pasada por nuestro profesor de periodismo, me encontraba llegando al Carolino, creyendo que iba atrasada por la hora, viendo a lo lejos a tres de mis compañeras; Karla, Sarai y Scarlett. Al llegar con ellas me percaté que nadie más había llegado, hasta que vi a Carmina acercándose y diciéndonos que no la habían dejado pasar donde iba a ser el evento. Yo me saqué de onda y recordé la vez pasada de la conferencia, así que le propuse a Carmina, quien también me dijo que la habían mandado a la entrada de por atrás, que fuéramos a ver si estaba abierta. Llegando a esa entrada notamos que se encontraba cerrada y decidimos ir a una tercera que se encuentra en contra esquina de la 3 oriente. Recuerdo que por ser 14 de febrero, vimos que los puestos que se suelen poner en fin de semana, también se estaban poniendo ese día, e igual que notamos como arreglaban el edificio en donde antes estaba la facultad de Psicología. Al llegar a la otra entrada, nuevamente vimos que estaba cerrada y comenzamos a dudar sobre que las personas que nos habían mandado a la supuestamente “entrada de medios” en realidad no nos dejaban pasar por la forma en la que vestíamos y el hecho de ser solo estudiantes. Después de dar esa vuelta, nos topamos con un compañero llamado Jorge y le comentamos lo sucedido. Ahora, los tres nos encontrábamos recordando la vez pasada que nos habían negado la entrada al evento de la comparecencia y de verdad que nos sentíamos algo indignados. Pasado ese rato, comenzaron a llegar más y más de mis compañeros quienes solo estaban platicando, hasta que un grupo en específico de chicas comenzaron a caminar y fueron ellas quienes les preguntaron a la seguridad si nos daban chance. Después de varios intentas, vimos que ahora sí, la seguridad nos había accedido la entrada y todos empezamos a pasar. Ya adentro no sabíamos qué hacer. De pronto, nuestro profesor de periodismo descendía de las escaleras y viéndose muy ocupado nos comentó que ahora el problema era que ya no había espacio para nosotros y que lamentaba que pasara lo mismo que la otra vez. Creo que más de uno dejó salir un “ah, ¿por qué?” y es entendible, ya que fue un gasto innecesario de pasaje que hicimos al ir allá, pero en fin. El profesor nos dio indicaciones de la tarea y nos tomó una foto para checar quiénes habíamos asistido, ya que por esto nos subiría un punto. La verdad al menos eso valió la pena.
Ya al haber dejado el centro, llegamos temprano a la facultad gracias a que Carmina nos llevó en el auto de sus padres. Por lo menos fue más cómodo y ameno el viaje. Ya llegando, algunos fuimos a desayunar, una compañera se compró un baguette de Subway y otros compraron en la cafetería de la escuela. Yo simplemente saqué mi lunch y me dispuse a comer. Después de eso subimos al salón 203 del COM 3 para nuestra clase de Análisis del discurso. Pasando esas dos horas de revisión de libreta y firmas, acabaron las clases y me fui a mi casa. Realmente no celebré el 14 de febrero con nadie, solo me fui a descansar porque me sentía muy cansada y mal, ya que me enfermé, así que digamos que me la pasé bien; durmiendo. No hice más ese día, llegué a las 3 pm, desperté como a las 7 pm a hacer tarea, después estuve un rato con el celular como la típica persona que se entretiene con eso cuando no tiene nada qué hacer, jugando y checando mis redes sociales, cené y de nuevo me acosté a dormir. Nada más pasó.|

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